El coche autónomo empieza a ser una realidad, es muy posible que en menos de 20 años el concepto de movilidad tal y como lo conocemos a día de hoy haya cambiado completamente y el coche autónomo tenga su espacio.

Esta transformación de movilidad gracias al coche autónomo aportará innumerables beneficios como una mayor eficiencia en los traslados y tránsito, mayor comodidad y accesibilidad especialmente para las personas discapacitadas, reducción de los accidentes entre otros.

Sin embargo, ¿cuáles son las implicaciones de que la totalidad de los coches que circulan por las calles sean autónomos? Según el informe publicado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) el automatizar por completo la flota mundial de vehículos tendría importantes consecuencias sobre el medio ambiente.

El coche autónomo para que sea eficiente tiene que ser capaz de escanear el terreno, tomar la decisión correcta en caso de emergencia, comunicarse con elementos de la vía y otros vehículos y, además, gestionar toda esa información de una forma óptimas para obtener los mejores resultados. No obstante, según el estudio del MIT la lectura y gestión de todos estos datos provocaría unas emisiones de carbono comparables con las expulsadas con todos los centros de datos del mundo en estos momentos.

Según cálculos de la Agencia Internacional del Clima, los centros de datos son los responsables directos del 0,3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Según los investigadores la solución que podría tener este problema sería que los ordenadores de los vehículos sean mucho más eficientes, es decir que usen menos de 1,2 kW de energía para computación. De la misma forma, los investigadores aseguran que cada 3 años las cargas de trabajo computacionales se duplican y eso, al ritmo de descarbonización actual, supondrá un gran esfuerzo de desarrollo de ordenadores más eficientes para limitar las emisiones de la computación.

Esto tiene el potencial de convertirse en un problema enorme. Pero si nos adelantamos, se podrían diseñar vehículos autónomos más eficientes que tengan una menor huella de carbono desde el principio.